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Cómo se cuidan los rosales para tener un jardín perfecto

cómo se cuidan los rosales
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Estar en un jardín con flores es sin duda placentero. Si te gustan las de estilo clásico y elegante, mira cómo se cuidan los rosales para destacar el edén de tu hogar.

El cultivo de los rosales empezó hace ya varios siglos.

Los actuales tipos que se plantan en los jardines provienen de los tipos salvajes transformados, no solo por cultivos forzados e hibridaciones, sino también por mutaciones naturales.

CÓMO SE CUIDAN LOS ROSALES

Los rosales son de naturaleza muy acomodaticia y soportan toda clase de terrenos, pero gustan en particular de:

  • las tierras arcillososilíceas,
  • mejor pesadas que ligeras,
  • profundamente ahuecadas,
  • bastante frescas
  • y bien fertilizadas.

Por el contrario, en terrenos calcáreos y abonados con cal, poco permeables, o con estiércol de caballo, la vegetación deja mucho que desear.

La época favorable para la colocación de los rosales empieza en el mes de octubre.

Se debe hacer antes que empiecen las heladas, a fin de facilitar la formación de una cabellera radicular.

Cuando la plantación no se puede hacer en un buen tiempo, conviene mejor meter los arbustos en una zanja al pie de un muro que les proteja del viento del norte y cubrir copiosamente las raíces con arena, lo cual facilita la formación de nuevas raíces.

La plantación en primavera exige cuidados especiales.

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EXIGENCIAS DE LOS ROSALES

Con estos tips aprenderás cómo se cuidan los rosales:

Los rosales deben someterse a una poda corta y después el sistema radicular debe meterse en una solución que contenga hormonas de enraizamiento.

A continuación hay que introducir todo el rosal (raíces y ramas) en un abono de arcilla.

La plantación de be hacerse muy profunda y para terminar, las ramas deben sufrir un recalzo total para defenderse del calor primaveral.

Antes de proceder a la plantación, la parcela debe tener un cavado perfecto y profundo con incorporación de una cantidad suficiente de abono de acción lenta.

Normalmente, los arbustos enanos se colocan en una zanja mediana de 35 centímetros, de 7 a 9 rosales por metro cuadrado.

Para realizar bien la plantación, el hoyo destinado a recibir las raíces debe ser lo suficientemente ancho como para facilitar la introducción de una cantidad suficiente de tierra.

El enterramiento del injerto se impone en todas las circunstancias, ya que el sitio del injerto es sensible a un deshielo demasiado rápido y a una sequía estival.

Por otra parte, en previsión de fuertes heladas los rosales exigen un recalzo con tierra o con fina escoria de hulla.

Se debe evitar el estiércol aunque sea pajizo, porque las fermentaciones pueden provocar el recalentamiento de la corteza y el desecamiento del tallo.

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Después de las fuertes heladas, las ramas de los rosales se exponen de nuevo al sol y al aire, a fin de que broten.

En el momento de nivelar el suelo, es de gran utilidad ahuecar la tierra superficial.

Durante el primer año de vegetación, los rosales jóvenes, todavía con pocas raíces, deben regarse de vez en cuando y con abundancia (3 litros por arbusto).

Por otra, parte, es conveniente quitar los primeros brotes para evitar la primera floración y así garantizar el crecimiento regular de los arbustos plantados tardíamente.

Para acelerar la vegetación se puede introducir entre los rosales una pequeña cantidad de abono nitrogenado.

Si los arbustos ocupan una tierra arenosa, poco húmeda, con tendencia a secarse en verano, habrá que utilizar un estiércol pajizo estival, constituido por humus y turba fina adicionada de estiércol viejo o de un abono especial para rosales.

En general, los rosales adultos exigen anualmente cuidados idénticos a los descritos arriba.

Los cuidados destinados a preservar el tallo replantado o esqueje de las heladas se efectúa cada año antes del endurecimiento del suelo.

En este momento, a fin de facilitar el paso entre los arbustos, basta con acortar los tallos alrededor de 40 cm.

En marzo, después de quitar la protección invernal, se procede a la poda anual de los rosales.

Y después se sigue con la fertilización primaveral constituida por el abono de un compuesto recomendado en el comercio para el efecto.

Los arbustos dotados de una vegetación precoz producen raíces muy superficiales, por eso el trabajo del suelo, entre los rosales, se hará obligatoriamente por medio de una herramienta dentada como un rastrillo.

El cavado entre los rosales constituye, de todos modos, un grave error.

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CÓMO SE CUIDAN LOS ROSALES: PODA ANUAL

La poda anual es otra forma de cómo se cuidan los rosales.

Si se hace de manera bien pensada, la poda anual asegura un reparto perfecto de la savia y facilita el rejuvenecimiento del tronco por la eliminación de las ramas debilitadas o marchitas.

En las regiones de clima frío, la poda se efectúa a finales de marzo.

Se sabe que los rosales se despiertan pronto y que la savia se dirige primero hacia los brotes terminales.

La desaparición accidental de los primeros brotes bajo la acción de heladas tardías puede provocar el desecamiento de las ramas muy podadas.

Por el contrario, en caso de una poda larga, los brotes helados se sustituirán en seguida por lo que provienen de los inferiores no evolucionados.

FUENTE: Enciclopedia de la Mujer.


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