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Cuidado de los pies en casa: guía para mejorar su aspecto

cuidado de los pies
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A pesar de su importancia y trascendencia, no siempre se les presta la atención que requieren. Para que luzcan radiantes y sanos, sigue esta guía de cuidado de los pies en casa.

Los pies, al estar ocultos casi siempre, no se suelen cuidar hasta el momento en que empiezan a molestar, salvo cuando se descubre que su aspecto deja que desear.

Sin embargo, un buen cuidado los mantiene limpios y bonitos, al mismo tiempo que se evita los males que se padece con frecuencia: hinchazón, transpiración, callos.

Los pies son más o menos largos y anchos por naturaleza; apenas se puede modificar su forma, pero es posible impedir que se deformen.

Cuando se lleva constantemente zapatos demasiado blandos y ligeros (por ejemplo las bailarinas), los pies aumentan de tamaño y se produce un hundimiento en la bóveda de la planta.

Por otra parte, el calzado apretado y muy puntiagudo trae consigo deformaciones del dedo gordo y la aparición de juanetes.

La debilidad de los músculos hace penoso el andar y predispone también al hundimiento, así como a las torceduras de los tobillos, muy frecuentes en las mujeres.

Algunos ejercicios fortifican los pies, muy convenientes para aquellas personas que apenas andan.

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EJERCICIOS PARA HACER EN CASA

Practica alguno de estos ejercicios en tu Tiempo Libre:

Sentada, rodar el pie sobre un rodillo de pastelería: primero sobre la bóveda, después sobre el borde externo y por ultimo sobre el interno.

Enderezarse sobre la puta del dedo gordo, estirando al máximo los músculos de los tobillos, y andar así 3 o 4 minutos, por la mañana y la noche.

En casa, así como el trabajo que haya que permanecer muchas horas de pie, es conveniente llevar sandalias especiales, con suela de madera, compensada y tira transversal que deje al descubierto los dedos gordos, porque fortifican, combaten la transpiración e impiden la fatiga.

IMPORTANCIA DEL CUIDADO DE LOS PIES

Para lograr un aspecto agradable lo primero que se debe hacer es eliminar las durezas y los callos.

Asimismo, es conveniente darse abluciones y cepillarse los pies con un cepillo duro, o mejor con una esponja especial, más eficaz y menos brutal que la piedra pómez.

A continuación se friccionan con una crema especial, que acaba por ablandar las regiones endurecidas y, al mismo tiempo, suaviza la epidermis.

Si existen restos de antiguos callos, se aplica vaselina, para que desaparezcan totalmente.

Las uñas de los pies se deben cortar cuadradas, apenas curvadas, para evitar que salgan uñeros.

Para terminar es aconsejable limarlas cuidadosamente con objeto de que no puedan nunca engancharse en las medias.

HINCHAZÓN Y TRANSPIRACIÓN

Para evitar estos inconvenientes es preciso efectuar, rápidamente y con agua fresca, su aseo, después friccionarlos cada uno con una loción mentolada o de limón.

Los baños de pies con agua caliente prolongados, además de no producir descanso alguno, reblandecen la piel, la hacen más sensible y la congestionan; por consiguiente, se hinchan los pies y los tobillos.

Los ejercicios ejecutados en la cama, tumbada boca arriba, con un almohadón bajo los riñones son excelentes contra la hinchazón: círculos, pedaleos, tijeras, flexiones, extensiones de los pies, rodillas apoyadas sobre el vientre.

Si la hinchazón y la transpiración se acentúan es conveniente hacer estos procedimientos:

Pataleos en agua fría. Se llena la bañera con agua fría hasta media pantorrilla y se anda por ella de un lado para otro, o sentada, se agitan los pies en todos los sentidos, durante 1 o 2 minutos.

Si se hace esto a diario, se activa la circulación, se endurecen los pies, se atenúan los dolores de las plantas y desaparece la transpiración.

En caso de tener mala circulación en los miembros inferiores, es mejor reemplazar los pataleos por baños alternados, en 2 recipientes colocados uno al lado del otro y que contengan el uno agua a 40 grados y el otro, agua fría, se sumergen los pies durante 2 minutos en el primero y después 30 segundos en el otro.

Esta operación debe repetirse 2 o 3 veces seguidas durante unos días.

Paseos con los pies descalzos, en casa con calcetines viejos, y en vacaciones, sin medias, sobre terreno firme (arena, hierba) lo más menudo posible.

Los pies expuestos al aire fresco descansan, la piel respira y el sudor se evapora.

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DATO

Es importante que los zapatos sean abiertos, al menos por detrás, ya que a más de evitar la transpiración contribuyen a que desaparezcan las inflamaciones y los bultos de los talones producidos por el roce con el contrafuerte.

FUENTE: Enciclopedia de la Mujer.


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