Despedida a un perro fiel, una historia que te conmoverá
“La muerte no es el fin si tengo quien me recuerde”. Este es el caso de Niko, un “patito feo” que tuvo una emotiva despedida a un perro fiel por parte de su familia.
Al conmemorarse el Día de los Difuntos y al ser muy traumática la pérdida de un perro, no puedes perderte esta tierna historia.
Este pequeño de raza maltés fue el “perrihijo” de Loxana Vera Alava, una seguidora de TIEMPO LIBRE que quiso rendir su homenaje póstumo a Niko.
“Niko llegó a nuestras vidas un 28 de febrero de 2017, de 3 meses de edad. Llegó con pulgas y garrapatas mi suegra lo trajo de Guayaquil, a diferencia de sus hermanos mi chiquitito era el más pequeñito, era así como el patito feo”, dice.
Muchas anécdotas hicieron felices a la familia de Niko antes de tener su despedida a un perro fiel.
“Niko dormía conmigo, o sea entre mi esposo y yo. Cuando nos íbamos a dormir mientras apagaba la luz del cuarto él corría a mi almohada para acostarse y yo debía respetarlo”, recuerda entra risas.
Entre otras estaba su caminata diaria a las 06:30 junto a su esposo.
“Regresaba a dormir y se quedaba velando mi sueño. Yo apenas me movía me besaba y le decía: Niko déjame dormir, se echaba para que le hiciera cariños. Le sobaba la cabecita y feliz, le dejaba de acariciar y de nuevo me besaba y otra vez debía acariciarle ¡era una cosa única mi bebé¡”, expresa.
Además estuvo presente en todos los momentos importantes de la familia como el matrimonio de su hija mayor.
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ADIOS A MI PERRO QUERIDO
Estos maravillosos momentos fueron interrumpidos por una pelea.
“Aquel sábado 20 de octubre, mientras realizaba su paseo con papi, Niko vio al perro que se orinaba en su patio y muy rabioso le ladraba”, recuerda.
Para evitar una pelea su esposo lo cargó y dejó que se fuera el perro, que a pesar de tener familia, vive en la calle.
Pensando que todo terminó, Andy coloca nuevamente en el piso a Niko, y al romperse su correa salió corriendo a pelear.
“Mi esposo Andy pelea con el perro para que lo suelte pero ya era demasiado tarde, lo mató al instante, sus colmillos atravesaron su cabeza tan pequeña”, agrega afligida.
A pesar de que lo llevaron al veterinario, ya no se pudo hacer nada por salvarlo.
“Desde ese día mi casa muere en el silencio y tristeza. Mis niñas lo nombran, mi esposo lo extraña y nadie deja de llorar por él, principalmente yo. Dios no medio un hijo varón pero me dio a este peludito que lo sentí mi hijo de 4 patitas. ¡Lo amé tanto!”, manifiesta.
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DESPEDIDA A UN PERRO FALLECIDO
Mucho dolor fue lo que sintió Loxana al perder a su “perrihijo”.
“Sentí volverme loca. Grité con él en mis brazos llenos de sangre ¡imploraba que viviera! Aún lloro a mi perrihijo. Creo que hice mal en humanizarlo, lo sentí mi niño que mi Dios no me dio”, dice.
La despedida a este perro fiel consistió en enterrarlo en el patio frontal de su casa.
Su familia sembró un rosal blanco como su color y tamaño.
Como está enterrado en su casa, su recuerdo perdura.
“Le hablamos como si estuviera vivo. Creo que nos escucha porque cada vez que lo hacemos el rosal juega con el viento como señal que nos contesta”, revela.
“Amé, amo y amaré a mi perrijo Niko Dueñas Vera, este noviembre cumpliría dos añitos”, dice a la vez que recuerda que su primer año lo festejaron con bizcocho y vela.
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DESPEDIDA A UN PERRO FIEL
Si bien tuvieron que soportar el dolor de efectuar la despedida a un perro fiel, guardan un grato recuerdo de este peludito.
“Lo mejor de haberlo tenido es que nos mantuvo unida a toda la familia. Había una razón para llegar a casa. Cuando salíamos a nuestras cosas, era llegar a besarlo y jugar con él para olvidar nuestros problemas. Niko era un ser especial. Nos hacía olvidar todo”, indica acongojada.
Loxana indica que no lo olvidarán nunca porque no fue “una simple mascota”.
“Pedí tanto a mi Dios un niño y me dio tres niñas que amo con mi alma. Pero cuando llegó Niko sentimos que era lo único que faltaba a nuestro hogar. Niko fue el niño que no pudimos tener”, declara.
Quienes lo conocieron lo admiraron por:
- su don de amar a su familia
- y porque a pesar de su pequeño tamaño alejaba a los intrusos.
Al leer esta despedida a un perro fiel ¿recordaste a tu ángel de 4 patas?
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