El 24 de abril se conmemora el Día Mundial del Animal de Laboratorio.
Naciones Unidas declaró el 24 de abril, Día Internacional del Animal de Laboratorio, fecha del nacimiento de Lord Lodwing, quien fue presidente de un comité inglés que desde 1875 lucha contra la experimentación con animales.
«Más del 80% de la experimentación en animales se centra en la industria cosmética y en la higiene, a pesar de que existen métodos seguros y más humanos para probar productos sin tener que emplear animales. Debemos ejercer nuestro poder como consumidores responsables y promover las marcas de cosméticos y productos de higiene libres de crueldad», declara Daniela Romero Waldhorn, directora de AnimaNaturalis Internacional, y recuerda que «muchos países ya han aprobado leyes que prohíben la experimentación en animales. Es el caso de Italia, India, Israel y Argentina, o recientemente, la Unión Europea».
Crueldad
Más de 120 millones de animales sufren cada año en experimentos de laboratorio en todo el mundo.
Los animales involucrados o morirán como resultado del experimento, o serán sacrificados deliberadamente después, a menudo para un examen post mortem.
En el laboratorio, el animal puede ser envenenado; privado de comida, agua o sueño; le pueden ser aplicados irritantes de piel y ojos; sujetos a estrés psicológico: expresamente infectados con enfermedades que en circunstancias normales jamás padecerían, dañados sus cerebros, paralizados, mutilados quirúrgicamente, irradiados, quemados, gaseados, alimentados a la fuerza, electrocutados.
Se prueban productos de cosmética, aditivos alimentarios, farmacéuticos, químicos industriales, agroquímicos, comida de mascotas, tecnologías médicas, investigación sobre drogas como alcohol, tabaco y cocaína.
Tipos de pruebas en animales
La página animanaturalis.org, publica algunas pruebas que se realizan en animales
1) Test de toxicidad aguda
El test LD-50 (Dosis Letal 50) inocula a los animales con el químico o sustancia a investigar, en diferentes dosis, hasta determinar cuál es la que mata al 50% de los animales. Para realizar esta prueba no se utilizan analgésicos, porque éstos intervienen en los resultados.
2) Test Draize de irritación ocular:
Con este test se prueba la irritación ocular de las sustancias químicas. Para hacerlo, se vierte la sustancia en los ojos de conejos totalmente conscientes, sujetados con abrazaderas por el cuello para que no puedan alcanzar sus ojos con las patas en el intento de aliviar el dolor. La prueba, que dura varios días, grafica las diferentes etapas de irritación de los ojos hasta ulcerar los ojos de los animales. Esta prueba tampoco utiliza analgésicos ni ningún tipo de medicación que alivie el dolor de los animales.
3) Test de irritación dérmica:
Aquí se prueba diferentes químicos y sustancias para determinar la irritabilidad de la piel. Existen varios tipos de test:
Test de penetración dérmica: Se usa para ver el grado de penetración en la piel.
Test de sensibilización dérmica: Mide el grado de alergia que puede causar una sustancia en repetidas aplicaciones.
Fototoxicidad y Fotosensibilización: Mide la reacción de la piel a la sustancia con la exposición a la luz.
Test de Mutagenicidad: Mediante inoculación o diferentes técnicas de aplicación de la sustancia, se mide su efecto mutagénico, es decir, su capacidad de generar cambios genéticos permanentes en el animal.
Test de Carcinogenocidad: Son test con sustancias que pueden producir cáncer en los seres humanos. En el 37% de los casos los resultados no son positivos.
Toxicidad reproductiva y Teratogenicidad: Es utilizado para ver si genera malformaciones en los fetos y la descendencia. Para ellos se utilizan a hembras preñadas, que son expuestas a diferentes dosis de la sustancia a analizar, y comprobar en sus fetos o hijos nacidos el grado de malformación que la sustancia produce.
Testeo del producto final: Juzgan la seguridad del producto por el resultado del testeo de sus ingredientes.
Suprimir estos experimentos no significa dejar al ciudadano desamparado, pues hoy en día hay procedimientos alternativos como estudios epidemiológicos, técnicas in vitro de cultivos en tejidos animales y vegetales, restos de placenta, huevos, cultivos celulares y cultivo de órganos. Los científicos reconocen cada vez más que con la investigación con técnicas que no utilizan animales se obtienen datos relevantes, específicos y acertados.