En un refugio de animales, vivía Muñeco, un french poodle sin cola. Era un perro pequeño, con churos ensortijados, con la pata trasera fracturada y de color blanco. Tenía unos ojos pequeños y marrones que siempre estaban llenos de amor.
Muñeco había sido abandonado en el refugio cuando tenía aproximadamente 3 años. No se sabía por qué lo habían dejado, pero era evidente que había sufrido mucho ya que tenía su pata trasera fracturada y ya no se la podía curar. Era tímido y desconfiado de los humanos.
ADOPCIÓN DE MUÑECO
Un día, su foto fue publicada en las redes sociales del refugio y eso marcó el inicio de su nueva vida.
Augusto no estaba muy seguro de aceptar a este pequeño french poodle que trajeron sus hijos a casa. Pero cuando lo vio, supo que era el perro adecuado para él.
Muñeco, como lo llamaron, era diferente a los otros perros. Era tranquilo y reservado, con lo que se ganó de inmediato el corazón de Augusto.
Augusto y Muñeco se volvieron inseparables. Dormían y comían juntos, salían a caminar, jugaban en el parque y hasta se fueron de viaje a la playa. Muñeco era el hijo preferido de Augusto, y Augusto era el mejor padre para Muñeco.
Sin darse cuenta pasaron más de 10 años. En este tiempo Muñeco vio partir a sus amigos Linda, Jack y Max. Fue testigo del regreso a casa a sus hermanos humanos.
Aprendió a convivir con la cachorra Jacky que quería jugar con él, pero la diferencia de edad ya no permitió que tuvieran juegos perrunos.
Muñeco también conoció a las nuevas integrantes de su manada: las gatas Suca y Pepa, a las que solo observaba de lejos, ya que prefería la compañía humana como un buen french poodle.
TRISTE DESENLACE
Pero toda historia tiene un final. Un día, Muñeco comenzó a sentirse mal. Augusto lo llevó al veterinario, quien le dijo que su amado Ángel con Cola tenía una enfermedad cardíaca.
Augusto estaba devastado. No podía imaginar su vida sin su Ángel con Cola. Se dedicó a cuidarlo y mimarlo todo lo que pudo.
Hay un refrán que dice “Échate a la cama y veras quien te ama”, y para ventaja de Muñeco, pudo comprobar que fue amado de verdad.
Su padre humano no dudo en sacrificar su descanso nocturno o sus salidas para cuidarlo. Lo limpio cada vez que fue necesario, le preparó su comida favorita con la esperanza de que se recupere para seguir con su rutina.
Pero pesar de los cuidados de Augusto, Muñeco murió el 28 de noviembre de 2023, dejando un gran vacío en el corazón de quienes tuvieron la suerte de conocerlo.
Augusto enterró a Muñeco en su jardín. Cada mañana, lo visita para decirle que agradece a su ex familia por haberlo abandonado, porque si no hubiera sido así, él no hubiera tenido la fortuna de recibir todo ese amor incondicional que guardaba en su gran corazón.