Robin Williams, un astro atormentado por sus adicciones
Los ojos profundamente azules y juguetones de Robin Williams están en el imaginario colectivo de aquellos que fueron niños en los 80 y 90. Títulos como ‘Señora Doubtfire’, ‘Hook’ o ‘Jumanji’ hicieron de este pequeño actor un ídolo para millones de niños.
Su inesperada muerte a los 63 años ha conmocionado a sus fans y a toda la profesión. Sus compañeros se han deshecho en elogios hacía el actor y la persona. Quizás, la dedicatoria más conmovedora haya sido la de Terry Gilliam, quien le dirigió en ‘El rey Pescador‘. «Robin Willians, el tipo más asombrosamente divertido, un profundo y tonto milagro de mente y espíritu, ha dejado el planeta. Tenía un corazón gigante, fue un amigo luminoso, un regalo de los Dioses. Ahora los bastardos han decidido llevárselo, que les den’.
Pero las despedidas más duras han sido las de su propia familia. Su hija mediana, Zelda, de 25 años, había decidido seguir sus pasos en el mundo de la interpretación y ha mostrado públicamente su dolor en su cuenta de Twitter colgando un texto de ‘El principito’, seguido del mensaje: «Te quiero, te echaré de menos e intentaré estar bien».
Adicciones
Los hijos de Robin Williams no eran ajenos a los problemas del actor, que tuvo que ingresar el pasado mes de julio en una clínica de desintoxicación en Minnesota «para continuar con su compromiso para seguir sobrio«, según dijo en su momento su representante.
No era la primera vez que el protagonista de ‘Despertares‘ pasaba por un centro de estas características. Durante los años 70 y 80, el actor era un habitual de las fiestas y del famoso Studio 54, donde compartió juergas con Andy Warhol y su séquito. Decidió dejar la cocaína cuando le comunicaron la muerte de su amigo, John Belushi, por una sobredosis de heroína. Desde entonces, eventualmente, Robin Williams ingresaba en centros de desintoxicación para superar sus recaídas.
Su vida sentimental fue también azarosa. Aunque en el cine, encarnó personajes que parecían tender a la asexualidad, el actor fue un seductor. Su primera mujer fue la actriz Valeri Velardi, con la que actuó en ‘Popeye‘. Con ella tuvo a su hijo Zachary (31 años). La pareja se casó en 1978 y se divorció una década después cuando ella descubrió una infidelidad con la camarera Michelle Carter.
Ella fue la causante del mayor escándalo de un actor muy querido cundo le demandó por haberle transmitido un herpes en sus relaciones sexuales. En el momento de la denuncia Robin Williams aún estaba casado con Valeri. Aquellos fueron los años más locos y autodestructivos del actor.
El actor recuperaría la estabilidad con Marsha Garcesy, la niñera de su hijo Zachary. Con ella se casó cuando se quedó embarazada en 1989. Después de Zelda, tendrían a su hijo Cody (22). Fue en esos tranquilos años en los que se convirtió en un héroe para los niños. Con Marsha trabajando como productora en filmes como ‘Señora Doubtfire‘. De hecho, ella ejerció de su asistente en filmes míticos como ‘Good Morning Vietnam’ o ‘El club de los poetas muertos’.
La pareja terminó divorciándose en 2010. Por aquel entonces, Robin Williams había vuelto a caer en las garras del alcohol. En 2003, Williams confesó sus problemas a la revista ‘Parade’. «Un día entre a una tienda y vi una botella de Jack Daniels, una voz me dijo que probase un trago, que no pasaría nada. Lo hice y me sentí bien. Pero a la semana siguiente todo iba muy rápido. […] Supe que estaba realmente mal un día de acción que tuvieron que llevarme al piso de arriba«.
Finalmente, Robin Williams parecía feliz con su tercera mujer, la diseñadora Susan Schneider, con la que contrajo matrimonio hace tres años.