
¿Te gustan las rosas? Tanto sus colores, su belleza y su aroma hacen que cualquier espacio se convierta en un lugar sofisticado, elegante y sobre todo romántico.
Así que si deseas dar vida a tu jardín con rosas, en TIEMPO LIBRE te compartimos todo lo que debes saber para cultivarlas y cuidar tus flores favoritas.
TE GUSTAN LAS ROSAS
El cultivo de los rosales empezó hace ya varios siglos.
Los actuales tipos que se plantan en los jardines provienen de los tipos salvajes transformados, no solo por cultivos forzados e hibridaciones, sino también por mutaciones naturales.
En el siglo XVII los botánicos solo conocían unas 14 especies de rosales.
Actualmente hay más de un centenar y alrededor de 25.000 variedades hortícolas.
Cada año, los especialistas realizan novedades que sobrepasan en calidad a los anteriores, lo que explica la desaparición más o menos rápida de algunas variedades, aunque en el momento de su creación hubieran conocido la celebridad.
Desde el punto de vista hortícola, la clasificación de las variedades se establece teniendo en cuenta únicamente los caracteres de los arbustos y sus cualidades florales.
TE GUSTAN LAS ROSAS PERFUMADAS
Íntimamente ligado a sus encantos, el perfume de la rosa se consideraba, en otros tiempos, como la cualidad más envidiable.
A fin de intensificar el desprendimiento del perfume, hay que plantar los rosales en un lugar abrigado y con mucho sol.
De manera que tengan una temperatura superior a 22 grados centígrados en el momento de la floración.
EXIGENCIAS DE LOS ROSALES
Los rosales son de una naturaleza muy acomodaticia y soportan toda clase de terrenos-
Pero gustan en particular de las tierras arcillososilíceas, menos pesadas que ligeras, profundamente ahuecadas, bastante frescas y bien fertilizadas.
Por el contrario, en terrenos calcáreos y abonados con cal, poco permeables o que contienen estiércol de caballo, la vegetación deja mucho que desear.
En efecto, el estiércol de caballo facilita el que se propague la putrefacción, la cual destruye las raíces.
Normalmente, el estiércol más conveniente es el de los bovinos.
A no ser que se emplee abono deshidratado vendido en sacos y un compuesto especialmente preparado para estos arbustos.
Si te gustan las rosas, la época favorable para la colocación de los rosales empieza en el mes de octubre.
Se debe hacer antes que empiecen las heladas, a fin de facilitar la formación de una cabellera radicular.
Cuando la plantación no se puede hacer en un buen tiempo, conviene mejor guardar los arbustos en una zanja al pie de un muro que les proteja del viento y cubrir copiosamente las raíces con arena, lo cual facilita la formación de nuevas raíces.
La plantación en primavera exige cuidados especiales. Los rosales deben someterse a una poda corta y después el sistema radicular debe meterse en una solución que contenga hormonas de enraizamiento.
A continuación hay que introducir todo el rosal (raíces y ramas) en un abono de arcilla.
Si te gustas las rosas la plantación debe hacerse muy profunda, y para terminar, las ramas deben sufrir un recalzo total para defenderse del calor primaveral.
Antes de proceder a la plantación, la parcela requiere un cavado perfecto y profundo con incorporación de una cantidad suficiente de abono de acción lenta.
Normalmente los arbustos enanos se colocan en una zanja mediana de 35 centímetros (de 7 a 9 rosales por metro cuadrado).
Para realizar bien la plantación, el hoyo destinado a recibir las raíces debe ser lo suficientemente ancho como para facilitar la introducción de una cantidad suficiente de tierra.
El enterramiento del injerto se impone en todas las circunstancias, ya que el sitio del injerto es sensible a un deshielo demasiado rápido y a una sequía estival.
Por otra parte, en previsión de fuertes heladas, los rosales exigen un recalzo con tierra o con fina escoria de hulla.
Se debe evitar el estiércol aunque sea pajizo, porque las fermentaciones pueden provocar el recalentamiento de la corteza y el desecamiento del tallo.
CUIDADOS DE LAS ROSAS
Durante el primer año de vegetación, los rosales jóvenes, todavía con pocas raíces, deben regarse de vez en cuando y con abundancia (3 litros por arbusto).
Por otra parte, es conveniente quitar los primeros brotes para evitar la primera floración y así garantizar el crecimiento regular de los arbustos plantados tardíamente.
Para acelerar la vegetación se puede introducir entre los rosales una pequeña cantidad de abono nitrogenado.
Si los arbustos ocupan una tierra arenosa, poco húmeda, con tendencia a secarse en verano, habrá que utilizar un estiércol pajizo estival, constituido por humus y turba fina adicionada de estiércol viejo o de un abono especial para rosales.
En general, los rosales adultos exigen anualmente cuidados idénticos a los descritos más arriba.
Los cuidados destinados a preservar el tallo replantado o esqueje de las heladas se efectúa cada año en otoño antes del endurecimiento del suelo.
En este momento, a fin de facilitar el paso entre los arbustos, basta con acortar los tallos alrededor de 40 centímetros.
En la primavera, después de quitar la protección invernal, se procede a la poda anual de los rosales.
Y después se sigue con la fertilización primaveral constituida por el abono de un compuesto recomendado.
Es sabido que los arbustos dotados de una vegetación precoz producen raíces muy superficiales, por eso el trabajo del suelo, entre los rosales, se hará obligatoriamente por medio de una herramienta dentada (rastrillo o algo parecido).
El cavado entre los rosales constituye, de todos modos, un grave error.
PODA DE LOS ROSALES
Si se hace de manera bien pensada, la poda anual asegura un reparto perfecto de la savia y facilita el rejuvenecimiento del tronco por la eliminación de las ramas debilitadas o marchitas.
En las regiones de clima frío, la poda se efectúa al principio de la primavera, es decir, hacia el final del mes de marzo.
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FUENTE: Enciclopedia de la Mujer.