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La hierba, ¿por qué es apetecida por los perros?

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La hierba, ¿por qué es apetecida por los perros?

La hierba, ¿por qué es apetecida por los perros?

Una conducta que llama la atención de los dueños de perros es que su amigo, un supuesto carnívoro, devore con gusto filamentos de césped y otras hierbas verdes que encuentre a su paso. «Los perros comen plantas porque les ayuda a regurgitar o vomitar y, por tanto, a limpiar su estómago «, explica el nutricionista canino, Carlos Alberto Gutiérrez a consumer.es.

Para un perro que tiene acceso a hierbas frescas de forma habitual, no es extraño, de hecho, ingerir plantas. Un estudio citado por la revista digital científica ‘WebMd’, especializada en salud, afirma que ocho de cada diez perros lo hacen o, al menos, lo han hecho de forma esporádica. Y entre todas las plantas que ingiere el can la preferida es el césped.

perro

Los dolores de estómago explican en ocasiones esta conducta tan frecuente en el perro. «Un can ingiere hierba cuando padece malestar o una enfermedad en el estómago«, explica el veterinario Adrián Aguilera, o bien porque intente devolver cuando «ha ingerido un objeto extraño, como una piedra, una pelota o restos de basura«, añade.

Pero, ¿por qué el césped logra inducir el vómito en el animal? «Actúa como una sustancia irritante de la pared del estómago: aumenta la secreción de ácidos y el grosor de la pared digestiva y, al final, desemboca en el vómito», apunta Aguilera. Actúa como un potenciador de gastritis en nuestro amigo.

El lobo también ingiere hierba en la naturaleza

En cualquier caso, la hierba puede ayudar al perro a incorporar en su dieta algunos nutrientes y minerales. Pero sobre todo, le aporta fibra, asegura el nutricionista canino. «Eso no significa, sin embargo, que el can esté mal alimentado o que carezca de algún nutriente esencial en su dieta«, añade Gutiérrez. Ocurre incluso en canes que siguen una dieta equilibrada.

Para este especialista en alimentación canina, la conducta de ingerir plantas está más relacionada con un hábito evolutivo, heredado de su ancestro, el lobo. «Al igual que el lobo, el perro no descarta que, tras ingerir viandas, pueda pasar dos o tres días sin ingerir más alimento que las hierbas que encuentre«, explica.

El hecho de que el perro que come hierba lo haga de un modo frecuente, añade Gutiérrez, supone en cualquier caso un «ligero vicio alimentario, aunque no grave«. En la jerga médica se denomina pica, es decir, una afición por comer materias extrañas, como tierra, o lamer superficies, como paredes. En este grupo se incluye la acción de masticar césped.


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