Los gatos pueden ser disfrutados en un café.
Los clientes que desafían las prisas y entran en el café más reciente de París para pedir cafés y repostería, pueden ahora disfrutar de ellos en compañía de una docena de gatos residentes en el lugar.
El «Café de los Gatos» en el corazón del distrito más chic de la capital francesa es el hogar de una docena de felinos que zigzaguean entre las mesas o se acurrucan en sillones mientras los comensales engullen sus pedidos.
El establecimiento se dirige a los parisinos que no pueden tener mascotas en los céntricos y pequeños apartamentos de la ciudad y aunque la idea pueda parecer excéntrica, la gerente del café Margaux Gandelon dice que los potenciales beneficios para la salud de la «terapia del ronroneo» son reales.
El primer fin de semana de apertura hubo largas colas y se hicieron reservas hasta noviembre. Unos 300 clientes tuvieron que ser rechazados.
Gandelon dice que el bienestar animal es primordial y los clientes tienen prohibido someter a los gatos a una tensión excesiva. Los clientes que no jueguen según las normas pueden ser desalojados, aunque admite que con los animales hay más indulgencia: «Los gatos son gatos», dijo.
Los gatos residentes son animales abandonados o callejeros adoptados por centros de rescate de animales de compañía. Entre ellos, se encuentra Habby que sufre de enanismo felino con una cola atrofiada y las patas cortas.
A pesar de pasar dos años en familias de acogida la pequeña Habby, nunca fue adoptada pero ahora se ha establecido en el café.