
Si desconoces o no sabes exactamente cuáles son los beneficios de incluir en tu rutina de belleza a la loción facial, te ayudamos a eliminar tus dudas.
El correcto cuidado del rostro implica esfuerzo y dedicación para que los resultados sean increíbles.
En este ritual de belleza la elección de productos y el orden para aplicarlos es fundamental para conseguir los resultados deseados.
La loción facial es imprescindible para realizar este ritual de belleza.
Su función es preparar la piel para los tratamientos que se aplicarán posteriormente, así se conseguirán resultados más efectivos.
Se diferencia del tónico, porque este sirve para reequilibrar el PH de la piel, refrescar y eliminar residuos de suciedad.
QUE ES UNA LOCION FACIAL
Normalmente la loción facial se usa menos que las cremas ya que no se conocen muy bien sus efectos.
Es verdad que son refrescantes y supone un placer el utilizarlas, pero en muchas ocasiones se piensa si en realidad son útiles.
La respuesta es afirmativa.
Las lociones son mezclas de aguas de diversas flores, que varían según su función:
- Tonificantes (rosa)
- Astringentes (hamamelis)
- Calmantes (azahar)
- Antisépticas (lavanda)
Suelen llevar también ciertos productos que refuerzan su acción como extractos de plantas o de flores, bálsamos y astringentes vegetales o químicos.
EMPLEO DE LAS LOCIONES FACIALES

Primero se debe limpiar el rostro, luego aplicar el tónico y después la loción facial.
Se toma un algodón húmedo, pues seco absorbe inútilmente las tres cuartas partes del producto, se vierte sobre el un poco de loción, se humedece con ella el rostro y se deja que se seque por sí solo, sin usar la toalla.
Los pulverizadores, sobre todo los eléctricos, son muy cómodos pues extienden la loción por todo el rostro.
Posteriormente se aplica el sérum, contorno de ojos y la crema humectante.
TIPOS DE LOCION FACIAL
Existen varios tipos de lociones, por lo cual es necesario que conozcan los beneficios de cada una de ellas:
- Lociones tónicas
Estimulan la vitalidad de los tejidos y de este modo retardan la aparición de arrugas y combaten los efectos perniciosos de los cuerpos grasos, con tendencia a relajar y reblandecer la piel.
Su empleo debe llegar a convertirse en un acto casi reflejo, lo mismo por la mañana, antes de maquillarse, para despertar y limpiar la piel (que emite secreciones también durante la noche) que por la noche después de eliminar el maquillaje y siempre que se acabe de retirar alguna sustancia grasa, como las cremas protectoras, productos antisolares.
- Lociones refrescantes
Refrescan, calman y son un buen complemento de la limpieza de las pieles con tendencia:
- a la irritación
- la sequedad excesiva
- y los barritos.
No contienen alcohol, dan una agradable sensación de bienestar y se emplean como tónicos.
- Lociones astringentes
Cierran los poros, dan resplandor al rostro y unifican el grano de la piel, de modo que el maquillaje se extiende mucho mejor.
Sin embargo, es preciso utilizar estas lociones con cierta precaución o de lo contrario se convierten en un arma de 2 filos.
Aunque su efecto inmediato es delicioso, una vez que cesan de actuar se produce una reacción y los tejidos se relajan, con lo cual se estimulan a veces la secreciones grasas y se dificulta la respiración de la piel.
Por ello se debe usar solo 1 o 2 veces por semana después de extraer las espinillas.
LOCION FACIAL PARA QUE SIRVE
- Lociones detergentes
Por lo general están compuestas de acetona, éter, alcohol y sirven para desengrasar las epidermis grasientas.
Actualmente su uso no se aconseja ya que se ha comprobado que pueden irritar y acrecentar las secreciones.
Los desengrases prolongados marchitan la piel y favorecen un envejecimiento prematuro.
- Lociones hidratantes
Su mejor virtud es su carácter refrescante.
No hay ninguna razón que justifique esperar algo más de ellas, porque la epidermis opone una barrera a la penetración del agua a las capas más profundas.
La loción facial ofrece un resultado inmediato y visible por lo que deberás incluirla en tu rutina de belleza.
FUENTE: Enciclopedia de la Mujer.

