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TiempoLibre

Porque las mascotas son parte de la familia (la casualidad más tierna)

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Cuando nos adopta un animal nuestro mundo cambia, porque las mascotas son parte de la familia ya que siempre sabrán cómo estás con tal solo mirarte y te amarán por sobre todas las cosas.

En días pasados en la cuenta de Facebook de TIEMPO LIBRE se publicó la frase:

Eres la casualidad más tierna que llegó a mi vida”.

Esta generó varias reacciones positivas como la de María Díaz quien revela a TIEMPO LIBRE porque las mascotas son parte de la familia.

Lo mejor de tenerlos en mi vida es que me siento feliz de haberles dado un hogar estable.

Son mi compañía ya que mi esposo y yo no pudimos tener hijos, y toda mi vida he tenido mascotas.

A mi padre también le gustaban mucho los perros. Soy muy feliz con ellos y trato de siempre de tenerlos bien cuidados para que no se me enfermen”, indica.

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MI PERRO ES MI FAMILIA

La venezolana cuenta cómo conoció a Manchas demostrando porque las mascotas son parte de la familia ya que nunca se los abandona.

Rapunzel, que murió luego de 15 años a su lado, fue la perrita que le enseñó que la vida es maravillosa con un can.

Suelen decir que las desgracias nunca llegan solas.

Y este fue su caso, ya que luego de 15 días de que Rapunzel falleciera, su padre también le dijo adiós.

Para acudir al funeral de su padre se hospedó en la casa de su hermano.

Sin saber que el destino le tenía preparado un pequeño corazón para sanar sus heridas.

La vecina de su hermano tenía una perrita con cachorros muy parecidos a Rapunzel.

Como soy amante de los perrunos me acerqué a verlos y hubo uno de la camada que se pegó mucho.

Cada vez que llegábamos a casa de mi hermano y oía mi voz venía a la casa y se echaba en la puerta”, recuerda.

Y agrega:

Yo le abría la puerta y lo acariciaba y se quedaba dormido en mis brazos. Mi esposo me decía no te encariñes con el perrito porque ya sufrimos con la muerte de Rapunzel”.

A pesar de que su esposo no quería tener otro can, finalmente se decidió a acogerlo y lo bautizó como Manchas a pesar de que le sugirieron otros nombres.

Él fue creciendo con nosotros y se encariño mucho con mi esposo. Conocía el sonido del carro y salía corriendo a recibirlo cuando llegaba del trabajo”, dice.

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LOS ANIMALES HACEN PARTE DE LA FAMILIA

La situación de Venezuela los impulsó a buscar nuevos rumbos.

Primero viajó su esposo a Ecuador y María se quedó para tramitar los permisos para que Manchas pueda viajar.

Le pegó mucho cuando mi esposo se fue. Todas las noches se echaba en el porche de la casa a esperar que llegara.

Luego ya se paraba en la puerta del cuarto con su carita triste esperando y como diciendo ¿será que nunca va llegar?”, indica.

Finalmente, María, Manchas y Doky viajaron por carretera hasta San Antonio (frontera de Colombia y Venezuela).

En ese lugar los esperaba un amigo quien les ayudó a encontrar un hotel. Al día siguiente viajaron a Ecuador.

Yo venía un poco preocupada porque venían en el maletero del bus. Le compré unas pastillitas y le di para que no se pusiera nervioso. Cada vez que el bus paraba yo lo sacaba a caminar un rato. Yo solo iba al baño y el resto del tiempo pasaba con él, le daba agua y un poco de comida, no mucha para que no vomitara”, recuerda.

Aunque su preocupación fue fuerte, “pero confiando en Dios” llegaron a Rumichaca, donde los esperaba su esposo.

Cuando por fin llegamos y Manchas ve a mi esposo no podía con la emoción, saltaba, lo besaba, movía su cola sin parar, ¡ya por fin llegamos a nuestra nueva casa!

Manchas estaba extrañado pero súper feliz de que estábamos todos juntos otra vez”, dice emocionada.

Aunque les parezca increíble lo que les he contado, todo eso hemos vivido con mi Manchitas.

Amo mucho a mi perruno y si me toca ir al fin del mundo con él me lo llevo, nunca lo abandonaría”, agrega.

PORQUE LAS MASCOTAS SON PARTE DE LA FAMILIA

Pero Manchas no es el único perro que forma parte de sus vidas. Doky es otro ejemplo de porque las mascotas son parte de la familia.

A Doky lo conoció en casa de su amiga.

Debido a que no lo cuidaba ni alimentaban, un día, con el permiso de su amiga, se lo llevó a su casa para darle un baño.

El perrito se encariño mucho conmigo. Lo traje de vuelta a su casa y cada vez que iba, él se montaba solito en mi carro como diciéndome llévame, a veces me lo llevaba y lo traía de vuelta”, menciona.

Pero un día, su amiga le preguntó si se lo quería llevar ya que no podían cuidarlo como se merece.

Al llegar a casa le dije a mi esposo: mi amor mira Fidelina (mi amiga) me dio el perrito.

No le dije que me quería quedar con él sino que le íbamos a buscar un hogar, para que no se molestara.

Me dijo: mami pobrecito ese perrito! Bueno déjalo mientras consigues alguien de buen corazón para que lo adopte”, expresa.

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MI MASCOTA ES MI FAMILIA

Luego de varios días una vecina quiso adoptar a Doky.

“Mi esposo estaba reunido con unos amigos y yo le llevo el perruno para que se despidiera de él, y me dijo que si yo estaba loca, que como lo iba a regalar, que él ha sufrido mucho, que donde come uno hay para dos”, recuerda emocionada.

Doky se convirtió en el fiel compañero de María.

El can se metía debajo de la silla mientras ella hacia su tesis de abogada.

Mi perruno Doky ha sido muy acontecido, y cuando tomamos la decisión de salir de nuestro país, lo primero que pensé fue en ellos.

Todo el mundo me decía que estaba loca, que cómo me iba a llevar los perros, que los dejara con algún familiar. Mi respuesta siempre fue que no, Manchas y Doky son inseparables”, dice.

Tal es el cariño que se tienen ambos perros que en una ocasión:

Cuando estaban en la peluquería canina, Manchas se desesperó que rompió la jaula donde los metían, luego los sacaron y los dejaron sueltos y ellos se echaron en un rincón pegaditos.

MASCOTAS MIEMBROS DE LA FAMILIA

En este hogar no cabe la frase: “3 son multitud” ya que Coby es su tercer integrante canino.

Su sobrina veía como los dueños de Coby lo maltrataban, lo dejaban dormir afuera con lluvia y frio.

De igual manera que Doky, iba y venía.

Hasta que un día la dueña del perro se los quiso entregar porque caso contrario, lo botarían a la basura.

La pareja atravesaba una situación difícil porque no tenían trabajo.

«Estaba molesto conmigo, me dijo: mami no podemos con otro perrito, yo llorando le dije que Coby era una bendición de Dios y no quería regalarlo, y me dijo bueno donde comen dos comen tres”, indica.

Al inicio les tocó lidiar con los miedos que tenía Coby porque las mascotas son parte de la familia.

Cuando llegó a casa era un cachorrito con mucho miedo, sobre todo cuando estaba limpiando la casa se asustaba de ver la escoba y el trapeador, no sé si lo maltrataban con eso, pero ahora Coby es un cachorrito muy loquito y juguetón”, expresa.

Coby también ha ganado premios como Manchas, quien al inició no lo aceptó pero ahora ya son grandes amigos.

Ganó segundo lugar como mascota más graciosa del parque La Armenia.

Además obtuvo el primer lugar como mascota más pequeña del parque La Carolina.

Me siento muy orgullosa de ellos y en mis tiempos libres se los dedico a ellos:

  • los llevo al parque,
  • a caminar
  • y ahora que los llevo a estos eventos para que socialicen con otros perrunos”, finaliza.


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