El sentido de la vida lo encontrarás al leer esta nota
El sentido de la vida lo encontró Rakesh Shukla quien posee una granja cerca de Bangalore, en India, en la que alberga a 735 perros. La granja tiene aproximadamente 1,5 hectáreas.
En el refugio existen razas de todo tipo. La mayoría son perros callejeros, otros han sido abandonados por sus dueños.
«Soy la última esperanza para estos perros. Muchos están enfermos y ya nadie los quiere«, explica Shukla, de 45 años.
Shukla fundó una compañía de software con su esposa hace 10 años, pero le dedica tres o cuatro días a la granja.
«Trabajé en Delhi y en Estados Unidos, y luego empecé mi propia compañía en Bangalore«, explica. «La vida no era más que comprar autos grandes y relojes caros, y darme la buena vida. Había viajado, había ido por todo el mundo, pero no era feliz«.
ENCUENTRO DEL SENTIDO DE LA VIDA
En junio de 2009, encontró el sentido de la vida cuando se encontró con una cachorra golden retriever de 45 días. «Cuando llegamos se escondió en un rincón. Me agaché al nivel del suelo y empecé a llamarla. Me miraba, asustada, pero me daba cuenta que quería confiar en mí«, dijo.
«Fue en ese momento que ocurrió, como una sensación física, sentí un cosquilleo, una calidez resplandeciente. Y, desde entonces, nunca más he tenido que hacerme la pregunta: ‘¿Por qué estoy aquí?'», agregó Shukla quien encontró el sentido de la vida.
El segundo perro de Shukla, Lucky, le llegó tres meses después tras haber sido rescatado de la calle. Luego, cuando veía un perro callejero o abandonado, se lo llevaba a casa pero, cuando su esposa protestó, se llevó algunos a la oficina.
Debido a que la manada seguía aumentando, en 2012, el ingeniero de sistemas que encontró el sentido de la vida, compró una tierra en una aldea cercana, en la que estableció un refugio para perros.
La granja cuenta con amplios espacios para que los animales puedan correr y estanques para que naden. También tiene una doble cerca para protegerlos.
La granja emplea a 10 personas, incluyendo asistentes de veterinaria capacitados, que cuidan a los perros, cocinan para ellos y los alimentan.
En el último año ha enfrentado quejas por tener tantos perros, pero él se rehúsa a ceder. «He llegado a un pacto con mis perros. Sólo iremos por caminos separados cuando uno de nosotros estire la pata«, dijo el hombre que encontró el sentido de la vida.
FUENTE: Bbc.com