Consejos para pasear a un can agresivo con otros perros
La razón más habitual por la que un perro se enfrenta a otros canes durante el paseo es la actitud inadecuada de sus dueños.
Un perro nervioso, estresado o con miedo es el candidato idóneo para provocar grescas en la calle con otros canes.
«La mayoría de las veces son los propios dueños los que provocan de manera inconsciente que el perro se altere cuando se encuentra con otros canes durante el paseo», explica Helena Bat, etóloga, publicó la página diariodelhuila.com.
El hecho de que el perro note que al otro extremo de la correa su dueño se muestra inseguro y nervioso cuando se aproxima otro can provoca que aflore su faceta territorial con otros congéneres y les rete con muestra de dientes, gruñidos o ladridos.
El miedo y el estrés son otras causas por las que un perro se puede mostrar agresivo con otros canes durante el paseo. Un perro nervioso, estresado y tenso tiene más probabilidades de descontrolarse cuando se produce una situación inesperada durante el encuentro con otro can, como que corra delante de él.
Una experiencia desagradable o traumática con otros perros durante el paseo, como una agresión, también puede provocar que el can desarrolle tendencias agresivas con sus congéneres.
CONSEJOS PARA PASEAR CON SU PERRO
1. Utilizar un arnés en vez de una correa para el cuello
Cuando el perro está sujeto por el cuello en el momento del paseo y el dueño tira de la correa, se origina más tensión y «el perro se siente más amenazado, además de que se le puede hacer daño», comenta Bat. Sin embargo, el arnés es más cómodo y permite al dueño manejar al perro con más precisión y suavidad.
2. Dejar que el perro contemple a otros canes en el parque
La observación de otros perros en el parque, sin acercarse a ellos, es una forma de que el can que se muestra retador con otros congéneres durante el paseo se aclimate a su presencia, así como a sus gestos corporales y a su forma de interactuar.
De esta forma, se suaviza la reeducación del perro con este problema de relación y se minimiza la tensión que le puede suponer el enfrascarse en una reunión canina en la calle. Esta práctica de contemplación de otros canes a distancia no es el sustitutivo de la relación cuerpo a cuerpo con otros perros, pero se puede alternar con el paseo habitual varios días a la semana.
Algunos perros no están bien socializados desde cachorros y, como consecuencia, desconocen las pautas comunicativas de sus congéneres. Estos canes no saben interactuar con otros de manera adecuada porque desconocen el idioma canino. El hecho de que sean testigos de cómo se relacionan otros perros les sirve de aprendizaje.
3. No intervenir con respecto al comportamiento del can
Los casos de perros con una conducta inadecuada de relación con otros canes son habituales, asegura Miguel Velasco, educador canino. «Sobre todo los que son de tamaño pequeño, porque los dueños intervienen demasiado para protegerles y están demasiado pendientes de ellos», añade el educador de perros.
«Ya que no siempre se premia o reprende de manera correcta el comportamiento del perro, es aconsejable no intervenir al respecto durante el paseo», advierte Bat.
Si el perro ha atacado a otro can durante el paseo y le reprendemos y reñimos, le creamos más inseguridad, tensión y miedo, por lo que conviene no caer en este comportamiento.
4. Evitar la sobreprotección con los perros
Los dueños de canes pequeños tienden a protegerles más de la cuenta cuando durante el paseo se produce un encuentro con un perro de mayor tamaño. Sin embargo, cuando el can capta que cuenta con la atención y favor incondicional de sus dueños, pase lo que pase, tiende a envalentonarse y a llamar la atención a costa de enfrentarse a todo el perro que se cruce en su camino.
Por este motivo, conviene mostrarse lo más impasible y despreocupado posible con respecto al perro, aunque en realidad se vaya atento a la reacción del can durante el encuentro con otros congéneres mientras pasea.
5. Transmitir confianza al can durante el paseo
En ocasiones, tras un perro que se muestra demasiado territorial y reactivo con otros canes durante el paseo, hay escasa confianza por parte de sus dueños con respecto a su capacidad de relacionarse con otros canes sin montar gresca.
El perro detecta esa inseguridad y miedo de su familia humana e interpreta el mensaje como una señal de alarma, que se traduce en el enfrentamiento con el otro perro.
Los ladridos de un can que se encuentra con otro no tienen que implicar una posible pelea entre ambos. En ocasiones, un perro emite una advertencia a otro que se le acerca de manera inapropiada porque invade su espacio sin permiso.
Puede ser el caso de un can adolescente o de un cachorro que se comporta de manera descontrolada y no respeta el protocolo de las normas de relación entre los perros, como emitir señales de calma: lamerse la nariz o mirar hacia otro lado.