Lukánikos, un perro revolucionario
Quienes lo conocían bien sabían que era muchísimo más que un perro. Lukánikos, Salchicha en griego, era un amigo, un camarada, un manifestante más, pero sobre todo era un símbolo, el icono de unas protestas que dieron la vuelta al mundo y que enfrentaron a miles de ciudadanos griegos, desesperados por la mala situación económica del país, con la policía. Y allí, siempre en la vanguardia, dispuesto a desafiar las injusticias, estaba él. Ahora Grecia llora su muerte.
Lukánikos era un perro era de la calle y muy pronto eligió su bando cuando empezaron las protestas en 2008. Habituales eran las imágenes en las que se le veía enfrentándose a las autoridades siempre que era necesario.
Tanto es así que se convirtió en uno de los canes más conocidos del mundo saliendo en reportajes de Al Jazeera, CNN o BBC y en los principales medios del mundo. Incluso la revista «Time» incluyó a Lukánikos entre el centenar de las personalidades del año, bajo en nombre «The riot dog» (El perro de los disturbios).
En Grecia el semanal progubernamental «To Vima» lo nombró «Personalidad del año 2011».
Ese año, Lukánikos saltó de la calle a convertirse en el ícono de las manifestaciones contra el programa de ajuste draconiano impuesto a Grecia por sus acreedores cobrando notoriedad internacional a comienzos del verano, cuando decenas de miles de manifestantes asediaban a diario el Parlamento griego que, ante el fracaso del primer plan de rescate del país, adoptado en mayo de 2010, preparaba la adopción de una serie de medidas aún más dolorosas.
Lukánikos se sintió llamado a la lucha y se instaló en la emblemática plaza de Syntagma, frente al Parlamento. Ya había decidido desde el primer día quiénes eran sus amigos: los manifestantes que a diario organizaban protestas contra las políticas de gobierno, que con el tiempo costarían a Grecia la cuarta parte de su producto interior bruto y llevaría a un paro que de más del 27 %.
Lukánikos, el callejero color canela, siempre estaba allí, a la cabeza de todas las manifestaciones, ladrando a los policías antidisturbios que le lanzaban a él y a las multitudes, gases lacrimógenos.
Pese a que era callejero, desde su niñez lo había adoptado el señor Aquiles, un pensionista que vivía en el barrio de Exarjia, en el centro de Atenas. Pero el perro antisistema prefirió seguir su vida en la calle, en la plaza de Syntagma, en lugar de transformarse en un perro de salón.
VEJEZ DE LUKÁNIKOS
Finalmente, hace dos años y ya maduro con sus ocho años, decidió abandonar Syntagma y aceptar la invitación del señor Aquiles. La lucha le había pasado la cuenta y estaba aquejado desde entonces de problemas respiratorios a causa de la inhalación de gases lacrimógenos, según diagnosticó el veterinario, y entregó la posta a causa de un fallo cardiaco.
INSPIRACIÓN QUE DEJÓ LUKÁNIKOS
Lukanikos también fue la inspiración para una canción del artista estadounidense David Rovics llamada “The Riot Dog” (El perro de las revueltas). En Madrid, existe un bar con su nombre.